La política y el Big Data / Critica a la Cultura Digital.
- Juan Vidal
- 23 oct 2017
- 6 Min. de lectura
En la actualidad y gracias a las herramientas existentes de análisis de datos, es bastante fácil conocer en detalle quiénes somos y cuáles son los gustos. Podemos saber por donde nos movilizamos, que lugares frecuentamos, cuales son nuestros gustos a la hora de comprar o alimentarnos. A su vez es bastante fácil saber qué temas le interesa a determinado grupo (datos de Twitter, Facebook, uso de Internet). Incluso si cruzamos varias bases de datos, podemos sacar un perfil fidedigno del público al que deseamos llegar.

Hoy nos centraremos el los patrones electorales. Los partidos políticos son cada vez más conscientes de que el uso del Big Data es necesario. Debido a que estas bases dota a los partidos la posibilidad de conocer a sus votante de manera directa, conociendo sus gustos y preferencias. Porque, de esa manera, los partidos políticos conocen mejor al electorado para dirigir su mensaje.
Entre los beneficios que aporta el Big Data a una posible campaña política, están:
Predice el comportamiento electoral porque conoce mejor al electorado.
Potencia la comunicación e interacción digital, porque hay una mejora en la participación del ciudadano.
Por lo tanto se personaliza el mensaje.
Se considera como el punto de partida del Big Data en la política, cuando Obama utilizó su potencial para ganar las elecciones de EEUU en el 2008. Fue el primero en reconocer el potencial del entorno digital y las redes sociales porque el equipo de Obama optimizó la comunicación y mejoró la respuesta del electorado afín, de esta forma no malgastaron ni tiempo, ni dinero, tampoco recursos.
En nuestro país aún no se usan las herramientas de Big Data en elecciones políticas, en su máximo esplendor, tan solo como publicidad de candidatos en diversas redes sociales. En Estados Unidos, estas herramientas se usan hace tiempo, existiendo incluso la capacidad de que un candidato ponga énfasis en alguna parte de su discurso para un electorado particular y omisiones para otros votantes, bajo un perfil controlado. Y Rayid Ghani durante un tiempo fue quien tuvo ese rol para obtener los datos, de millones de estadounidenses, para la campaña política de Barack Obama en el 2012. hace poco declaro que “Facebook y Twitter tienen responsabilidad en las campañas políticas” lo que refleja que el Big Data en la política llego para quedarse.
Critica a la cultura digital.
Cuál es el real aporte de la cultura digital, a la actual sociedad tecnologizada y globalizada.
Hoy en día las empresas de tecnología no sólo venden celulares, televisores, computadores o consolas de videojuego, sino que, además, venden una idea de que comprando estos productos el consumidor podrá lograr la felicidad. ¿Cómo? Esto no es solo una forma de vender el producto, y que el vendedor gane una comisión, ahora estas empresas tienen la razón y los productos tecnológicos ahora pasaron a ser parte de una forma o camino de ser felices. En teoría esto suena bonito, y la verdad es que sigue siento parte del mundo consumista en el que estamos inmersos.
No cabe duda de que la tecnología llegó para quedarse en nuestras vidas, y que sirve para facilitar los procesos de cotidianidad, pero si nosotros en la actualidad necesitamos comprar un celular para llamar, algo que hace décadas era un lujo, después una necesidad, ahora el celular para llamar ya no es solo para llamar, al momento de ir a la tienda a comprar no solo se nos ofrecerá el equipo que estamos buscando, sino que, también un equipo con acceso internet, una mayor memoria, un teléfono más rápido, una mejor cámara fotográfica, una pantalla HD y mucho más, según lo que queramos gastar o nos hagan gastar. Al parecer no solo podemos encontrar lo que necesitábamos de un principio, también encontramos algo mejor, pero era lo que necesitábamos desde el comienzo, o termina siendo lo que nos impuso el vendedor, para que nosotros estemos en sincronía con el mercado, como ya sabemos las tecnologías de hoy, de alguna manera son, perfeccionamientos de los inventos de hace varias décadas, por ejemplo, las cámaras digitales, los celulares, los lentes inteligentes o los notebooks.
Hoy en día la cultura digital nos plantea un cambio, un nuevo uso para el lenguaje que conocíamos anteriormente y una nueva forma de relacionarnos, es una nueva manera de estar en el mundo. La sociedad digital nos plantea una crisis, un necesario cambio de dirección.
Cuál es el reto que se afronta en la actualidad. La capacidad de almacenar datos, la velocidad de transmisión. La verdad es que ninguno de ellos los principales problemas que afrontan la cultura digital no atañe a la tecnología en sí, sino a los fallos o el mal uso de ella como tal. los hardware o el software fallan y la seguridad y la privacidad. Entonces podríamos decir que el verdadero problema y critica de la cultura digital podría ser el Big Data, esta sociedad en la que vivimos cada vez más conectada, es el mismo hecho de estar tan conectada. Este método del Big Data tiene un poder tremendo de hacer el bien, pero si pensamos solo en lo catastróficas que podría llegar a ser, las consecuencias de un fallo (ya sea por un accidente o por ataque) puede conllevar un problema muy grave. También existe el problema de la privacidad y de quién es el dueño de los datos. Ya que existe una ambigüedad en este tema. El coste cero de la transferencia de datos de una persona o una institución a otra implica que tus datos pueden terminar en lugares inesperados, que en un principio uno no aprobaría, y sobre los que uno ni siquiera tendría los conocimientos o los derechos legales para impedirlo.
Esto no quiere decir que no podamos tener una cuenta en Google: quiere decir que la lógica de ordenación del mundo de Google domina el modo de navegar por internet del 95% de los usuarios de internet del mundo, marcándonos un camino, facilitándonos unas vías en vez de otras, recomendándonos productos de tiendas de ritail en propagandas de sitios a los que frecuentamos, debido a lo que Google entiende que son nuestras preferencias. Y desde luego no de un modo azaroso o desinteresado. Saber esto no implica dejar de utilizarlo, ni mucho menos, sino que mantener un cuidado a la hora de la información que compartimos, ya que puede ser peligrosa, no solo por lo que podemos suministrar a la Big Data, sino que también lo que podemos, generar a esta nueva cultura global como la Cultura Digital.
Los mecanismos con los que estas grandes corporaciones se hacen de nuestra información privada, pero que al compartirla o publicarla estos datos se transforman en datos públicos. Teniendo en cuenta que uno no publica esta información para que grandes empresas se tomen la libertad de utilizarla ni menos, compartirla o venderla, es lo cuestionable y debería ser objeto de análisis y debate.
Tenemos que entender que estos movimientos tecnológicos que ordenan nuestra forma de relacionarnos en el mundo y la manera en que de cierto modo guían o influyen en nuestros pensamientos, no son malas en su totalidad, debido a que nos facilitan muchas labores cotidianas.
No podemos pensar que no hay que preocuparse porque ahora hay un buscador que nos lo pone fácil. Hay que educar en el conocimiento y las implicancias que tiene toda herramienta que ejerce la mediación entre nosotros y el mundo. Hay que ser críticos. y para ello necesitamos la cultura y la educación necesaria, para afrontal el actual mundo en el que nos desenvolvemos.
Cuáles son los motivos para preocuparse en la actualidad
El primero, porque el Big Data puede usarse contra uno. Supongamos una compañía de seguros de autos podría usar los datos telemétricos que recoge tu auto para saber si eres un mal conductor o no. Ahora mismo eso sería bueno, porque te podrían decir: "Sabemos que eres un buen conductor y te vamos a ofrecer un descuento", y el cliente se quedaría tan contento, pero, con el tiempo, cuando ya se haya identificado a un número suficiente de personas como buenos conductores, el resto pasará a considerarse, por definición, malos. A partir de entonces el big data se usará no para premiar a los buenos, sino para castigar a los malos. Pero hay un segundo motivo de preocupación. En los datos se pueden descubrir patrones que ninguna información individual revelaría. Nuestra disposición a expresar libremente opiniones, a mantener una independencia política, se ve comprometida. Está el problema del uso de los datos por parte de los gobiernos con afán de protegernos de amenazas terroristas, sí, pero también está la gente a la que se rechaza para un empleo porque a la empresa no le gusta tu Facebook. Hace diez años lo que hubieras hecho en una fiesta de estudiantes tiempo atrás era intrascendente a efectos de tu empleabilidad. Hoy no. Eso cambia la naturaleza de las fiestas estudiantiles. La consciencia de que estamos siendo observados hará que la gente se vuelva conformista y pierda individualidad. Eso, si ocurre, tendrá un coste colosal. Así que necesitamos un marco regulatorio que nos proteja de la tecnología.
Ante todo, lo que nos acontece desde que Internet y las aplicaciones tecnológicas se han instalado en nuestra cotidianidad,
En otras palabras: solo el que disfruta y comprende lo digital a través de la crítica pude actuar con ella activamente. No pretendo volver con nostalgia hacia las críticas completamente destructivas o la enajenación de la tecnología, pero sí recuperar elementos de la crítica de la cultura que resultan sumamente interesantes para analizar nuestro momento: lo que los grandes filósofos de la sospecha nos enseñaron fue que no hay movimiento que provenga del ser humano y que sea desinteresado. Nietzsche lo dijo respecto de los religiosos y los filósofos, Freud respecto de nuestra conciencia y Marx se refería con ello a las superestructuras sociales.
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